Te Invito

El universo lo concibo como el todo de cada ser.
Lo que hay en nuestra mente
Es nuestro mundo.
Nuestro universo.
Te presento el mío.
Un mundo complejo.
El de un hombre solitario y hermético.
Un mundo donde los caminos no tienen rosas.
No Soy Un hombre con esa clase de detalles.
Tampoco aprendí a decorar.
Por eso lo verás rústico.
Aquí las cosas son sencillas.
No te ofendas si sueno autoritario cuando afirmo que la cocina es mía.
Es mía porque es de esos placeres de la vida en que logro expresar los sentimientos, y
entregarle a quien quiero el amor que tengo para dar.
En este, mi mundo el amor es eso.
Por eso no necesito recibir amor para ofrecerlo.
Creo que tengo el suficiente para compartirlo.
Aquí el amor se da sin esperar a cambio.
Aquí la vida se queda en los instantes que capturemos en la memoria.
Paredes llenas de letras.
De dibujos que no están terminados.
Cortinas oliendo a humo.
Recuerdos en todos lados.
Libros regados en cada rincón.
Las cuatro paredes que llenan esta habitación.
Las cáscaras de banano.
Botellas vacías.
Y otras evidencias de mis vicios humanos.
La ley de gravitación universal de Newton afirma que cada cuerpo en el universo es atraído
hacia cualquier otro cuerpo por una fuerza que es más intensa, cuánto más masivos son los
cuerpos y más próximos están.
Ahora que estemos cerca te haré pasar.
Porque ya sentí esa fuerza que me atrae a tí pese a los muchos kilómetros.
Y yo que no acostumbro a decir lo que siento.
Así de intensa es la fuerza que por mí tomaría un vuelo.
Porque no quisiera tener que esperar para conocer tu mundo.
Que no importa cuantas estrellas de distancia hay entre nosotros.
Si la luz que tú proyectas, hasta aquí me logra irradiar.
Y ya que llegaste con una sonrisa.
Te invito.
Quédate un rato más.